15 jul 2012

Pequeñas treguas

Vaya con el mes de julio! Nunca pensé que el tiempo pudiese ser tan imprevisible en Santiago. Todos conocemos el fresquito que hace en esta ciudad (yo es que soy muy friolera y no soy capaz de pisar la playa si no estamos a 30 grados positivos), las corrientes que se ensconden en algunas calles de la zona vieja y las lluvias torrenciales que pueden escaparse de vez en cuando... Pero estar a 15 de julio y no sentir el verano... Demasiao!!

El caso es que hoy (ayer nos cayó una chupa de agua espectacular cuando regresábamos de la Plaza de Abastos) nos ha dado una tregua y hemos podido dar un paseo en condiciones. Parece mentira, verdad? Y como bien manda la tradición, quise tener alguna foto de este momento.


















Qué bonita se ve la catedral cuando luce el sol y qué espectacular ocaso ante el Pazo Raxoi, en la Plaza del Obradoiro llena de peregrinos... A Vera y a mi nos encanta tumbarnos en el suelo y disfrutar de las vistas desde otra perspectiva (por eso la foto de la catedral del revés).



































El día se completó con este espectacular tatuaje que tenía ante mis ojos y que no podía dejar pasar. Tenía que tenerlo. Me encantó. A juego, el reloj digital que llevaba el chico extranjero en su mano izquierda. Reralmente, una obra de arte!!

El martes quedamos con Sila, nuestra amiga para jugar un rato. Y como el día se presentaba sin lluvia aprovechamos la cercanía y nos fuimos al parque de Bonaval. Vaya lo que corrimos por esa primera explanada. No he retocado la foto porque me encanta el color que tiene la hierba. No es artificial. Siempre hemos comentado la diferencia de paisaje entre Extremadura y Galicia y esto es una prueba de ello. Ahora bien, son encantos diferentes, no?


















Se lo pasaron pipa! Ambas! Se echaban de menos. Y yo disfruté de ello, desde luego. Ese día fue redondo para Vera. La recogí en las escuelas de verano y nos fuimos las dos a comer a la Creperie. Le encanta!! No sé si eran los nervios o cansancio, pero ese día no comió como suele hacerlo. Las mañanas le cunden y es casi imposible pasar un rato sin siesta por la tarde. Se queda frita! Y claro! Teníamos demasiados planes...


















Haciendo tiempo estuvimos casi una hora en la Plaza de la Quintana, sentadas en las escalinatas, viendo a los turistas, jugando a las palmitas, descansando... Se me ocurrió hacer esta foto: una chica iba andando con la cabeza bajada en todo momento, como si estuviese haciendo algún tipo de "penitencia" ante la enorme cruz que preside este cuadrado empedrado. Casualidad?


















Antes de llegar a casa de Sila, vimos esta "pintada" en la zona vieja, en el suelo; delante de la imprenta que hay al lado de la biblioteca de Caja Madrid; bajando de Plaza Cervantes... El caso es que parecíaalgún tipo de intervención artística pero nos dimos cuenta de que eran restos de unas pinceladas esporádicas que debían limpiarse. Alguien estuvo arreglando una fachada y olvidó repasar con agua... A nosotras nos encantó encontrarnos con ello!


















El sábado anterior fuimos a Coruña a conocer a Martín, el nene de unos amigos que acaba de nacer. Precioso, silencioso y tranquilito. Pasamos un rato juntos en compañía también de otra pareja amiga que esperan a su primera niña para octubre. La pandilla crece!! El día se quedó algo soleado aunque muy, pero que muy fresco. De hecho, hice esta foto con un tembleque horroroso. Y no podía comprender cómo la gente era capaz de estar en esta playa sin taparse. Incluso parecían relajados.