Desde entonces los días son oscuros y tenebrosos. Hace mucho frío y la humedad es altísima. El cuerpo lo nota y se resiente. No apetece salir, ni pasear. Estamos tristes. Las casas no toman temperatura y la ropa no se seca. Está siendo duro este invierno... Se nota que procedo de secano. Y eso que allí los extremos también existen, pero se llevan de otro modo. Verdad?Hoy me despido con esta imagen que hice sin querer con el móvil, de noche, bajando la cuesta de "La Estila", un barrio compostelano. Me gusta porque a pesar de no haber luz ninguna pude rescatar un trozo de paisaje que me encanta. Es un rincón que ofrece puestas de sol maravillosas y un lugar fantástico donde encontrar hojas y ramas para hacer floreros y decorar pequeños espacios caseros. Un instante recuperado.
Como dice el anuncio: "La vida es de repente"; y como tal hay que estar ahí para vivirla y contarla, tal cual llega, tal cual surge...
