Pues eso, que hay días en los que a una no le apetece hacer ná de ná y otros en los que una se levanta con una energía que pá qué! Amoh! Y hoy es uno de esos días en los que... Bueno... Al final, una siempre se lía con cosillas del trabajo, de la casa o de interés y nunca tiene un momento para pensar en otras cosas. El caso es que, disfrutando de este verano tardío, me estaba acordando de la noche del 24 de julio de 2010. Nos fuimos los tres al parque del Bonaval a ver los fuegos artificiales desde allí, con la mala suerte de que Vera se quedó dormida antes de que empezara el espectáculo y no pudo visualizar semejante hermosura. Hice fotos, cómo no! Esta es una de ellas.
El domingo ya casi ha pasado y aún me quedan cosillas por hacer (leer la Glamour de este mes, por ejemplo) incluso por pensar, ya que soy previsora y me gusta saber qué voy a hacer mañana, durante la semana e incluso, el mes que viene (planificando algún viaje...). Los adornos de Navidad de este año, por ejemplo, van a ser especiales. Ya sé que es demasiado pronto para ello y los planes a largo plazo son erróneos (no es la primera vez que se me estropean, la verdad); pero tengo ilusiones y quiero entrar con buen pie en un número que no me mola ná de ná. A ver si es que estaba yo persiguiendo los números impares y ahora me voy a llevar bien con los pares...
Estoy haciendo una lista de propósitos para ponerme en preaviso y quiero cumplir desde el primero hasta el último. Alguno será para el trabajo y otros para mi parte personal, la que más tengo que cuidar para que todo lo demás tenga sentido. Vaia lideiras!
