28 dic 2011

Tarde de paseo

Acabo de regresar de mi pueblo, ese lugar donde siempre os digo que cojo aire para respirar y me lo traigo en dosis pequeñas para Santiago. Pensar en él me tranquiliza y me lleva a recuerdos maravillosos con mis primas y mi hermana. Y como no podía ser de otra manera, quise hacerme con algo más de su esencia estos días. Asi que el día 24 de diciembre, antes de preparar todo para la cena de Nochebuena, me fui con mi hermana a dar un largo paseo por sus calles solitarias y silenciosas.



















Descubrimos rincones preciosos, coloristas y evocadores del gusto y de la harmonía que se vive en el pueblo y entre las gentes que lo habitan. Paredes de piedra enormes y gruesas que guardan el frío en invierno y en verano; puertas de madera con cerrojos antiguos y llaves de hierro...



















Amigos del arte urbano que plantan un dibujo en medio de una blanca extensión, color que predomina entre las casas y que incita, como en otros lugares, a hacerse con su propiedad intelectual. Lo básico se vuelve interesante, al menos para mi.


















Esos siempre espectaculares nidos de cigüeña en lo alto de los campañarios de las iglesias que rodean el pueblo (Roque, Encarnación y San Antonio) son dignos de fotografiar. Llegan a pesar 500 kilos. Es admirable además el contorneo del pájaro dentro de él y la búsqueda incansable de alimento.


















Ser una persona atenta y observadora me ayuda para ver aquello que otras personas pasan por alto. Como el hecho de fotografiarme en un espejo junto a mi hermana sin que ella se de cuenta. Logré involucrarla en mi trabajo investigador y me quedo con el recuerdo!


















Me gustaría invitaros a conocer Valencia de Alcántara. Un pueblo con mucha historia y con espacios preciosos. Sobre todo, recalcaría el descanso que supone pasear por sus calles empedradas y disfrutar de la uniformidad de sus casas, sin que el tiempo pase por ellas.

Regresaré en agosto!!!